Recuperando nuestro poder
Vivimos en un mundo donde no estamos familiarizados con sentir, hemos aprendido a pensar, a razonar, a analizar, pero pocas veces a sentir. Si de repente una persona se pone a llorar delante de nosotros, no sabemos qué hacer e inmediatamente tratamos de contenerla. Lo mismo sucede con el enojo y a este respecto les quiero compartir algunas ideas que encontré en el libro El camino del Artista, escrito por Julia Cameron. La ira es como un combustible. La sentimos y queremos hacer algo. Pegar a alguien, romper algo, tener un ataque, dar un puñetazo a la pared, cantarle las cuarenta a esos malditos. Pero como somos buena gente lo que hacemos con nuestra ira es comérnosla, negarla, enterrarla, bloquearla, esconderla, mentir sobre ella, medicarla, acallarla, no hacerle caso. Hacemos de todo menos escucharla. A la ira hay que escucharla. La ira es una voz, un grito, un ruego, una exigencia. A la ira hay que respetarla ¿Porqué? Porque la ira es un mapa. La ira nos muestra dónde están los l...